
Vincent Van Gogh, Paisaje con dunas cerca de la Haya
POEMA DE
DESPEDIDA
No puede ser que
cuando hablan de la muerte
se refieran a ti.
Dócil,
sin manos,
Erguido,
sin palabras,
sin haber conseguido tocar el puente azul,
con los zapatos sentados en la arena,
cerca,
la aldaba y el paquetito de lana plateada
para envolver el bocadillo
y el humo del motor,
echándole chispas a los peces.
No puede ser verdad
que fracasaran así las matemáticas,
tan sin memoria,
que no se distinguieran las sombras de la noche,
que tropezaras en ese matorral
y te engullera.
No puede ser,
por mucho que no te haya nombrado
junto al lago violento.
Pilar García Puerta, febrero de 2009
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